En una planta de cogeneración sin catalizador de gases de escape, sigue siendo tolerable una pequeña proporción de sulfuro de hidrógeno en el gas combustible. Sin embargo, con un catalizador de gases de escape se elimina casi por completo el sulfuro de hidrógeno del gas combustible. En el motor aproximadamente un 95% del sulfuro de hidrógeno se transforma en dióxido de azufre (SO₂) y cerca de un 5% se transforma en trióxido de azufre (SO₃). La proporción de dióxido de azufre puede despreciarse inicialmente, mientras que el trióxido de azufre de los gases de escape se convierte en ácido sulfúrico. (H₂SO₄). Esto destruye a corto plazo el intercambiador de calor para gases de escape posterior al motor. Un catalizador convierte completamente el dióxido de azufre en trióxido de azufre. La escasa proporción de sulfuro de hidrógeno en el gas combustible se compensa entonces con una elevada proporción de ácido sulfúrico. Por lo tanto, cuando se utiliza un catalizador de gases de escape, prácticamente no tiene por qué haber sulfuro de hidrógeno en el gas combustible.